El Deporte tras la Tormenta. – Publicado en el Diario AS.( 01/07/2020)
El valor del deporte – Gonzalo Jiménez
Pasará a la historia bajo el nombre de Covid-19, pero que duda cabe que el 20 ha recibido la peor parte del golpe de una pandemia que no supimos prever, que nadie imaginó y que cambio nuestra forma de ver el mundo tal y como lo habíamos hecho las últimas décadas. Nos hemos agarrado a la esperanza en este periodo y toca ver que nos encontramos tras la tormenta.
El deporte ha sido un sector especialmente castigado por este virus, fue de los primeros que cerró, las grandes aglomeraciones en los eventos deportivos y la propia práctica del mismo nos ponían en grave peligro. Más de 15.000 citas deportivas se han suspendido, casi un 50 % de las programadas para este año. Sin embargo, las primeras actividades que se han permitido desarrollar tras el estricto confinamiento han sido el desarrollo de algunos deportes individuales. Pocas cosas nos hacen sentir más libres que poder salir a correr y despejarnos por unos momentos de todas las preocupaciones que nos asolaban, ¿pero como encontramos la industria del deporte a día de hoy?
Nos encontramos una gran incertidumbre como en el resto de sectores por el futuro y un panorama nada tranquilizador. El deporte late gracias al patrocinio de empresas que encuentran en la pasión de los aficionados el mejor medio para conectar y acercarse a su corazón, estás empresas ahora mismo están sangrando y el primer elemento acertada o equivocadamente en el que recortaran la mayoría será en comunicación y patrocinio. Según algunos estudios un 94 % de las actividades patrocinables está en riesgo. Se estima que empresas del sector textil como Nike, Adidas, Puma o Under Armour, reduzcan sus acciones de patrocinio en más de un 35 % en marzo.
El deporte no solo cuenta con patrocinadores endémicos (marcas vinculadas directamente al sector), el sector bancario o el energético son algunos de los principales patrocinadores de los grandes eventos deportivos y en la situación que estamos viviendo de “Cisne Negro” como se conoce en Wall Street a un hecho improbable que tiene grandes consecuencias en caso de llegar a producirse, estos gigantes empresariales no solo no atraviesan su mejor momento sino que nos hemos llegado a encontrar circunstancias históricas, como la cotización en negativo del petróleo.
En marzo y ante el parón generalizado de toda actividad económica todos los eventos deportivos fueron cancelados o aplazados. La respuesta de los diferentes organizadores ha sido de lo más dispar, algunos estuvieron rápidos como Roland Garros tomando la iniciativa aplazando su evento y dejando en fuera de juego a Wimbledon que anunciaba la cancelación de esta edición. Otros como el US Open siguen en un escenario de incertidumbre manteniendo su fecha original. Esto no solo ha ocurrido en el tenis, en las grandes ligas europeas nos encontramos con la Bundersliga, La Premier League o nuestra Liga ya reanudadas y sin embargo La Ligue 1 o la Liga Holandesa que en el momento más oscuro de la pandemia decidieron cancelar.
Todas estas decisiones que se han tenido que tomar precipitadamente condicionan enormemente los recursos económicos de la industria que estima ya en una perdida de más de 4600 millones de euros. Los patrocinadores tienen que planificar una estrategia de patrocinio en un momento complicado para la supervivencia de su propio negocio y además en un escenario atípico en cuanto a calendarios deportivos, previsiones de asistencia. etc.
La crisis económica que empezamos a vislumbrar afectará al deporte en todos sus ámbitos, en el patrocinio y lo que conlleva esa actividad, pero también en la política de fichajes de los clubs, el ticketing, la asistencia en los eventos deportivos e incluso en la toma de decisiones de gestión deportiva como estamos viendo en el caso del potencial fichaje de Fernando Alonso por Renault y las críticas que el mismo puede recibir al estar el grupo automovilístico francés en un periodo de grandes recortes para sus trabajadores.
Son tiempos difíciles para estas empresas y es entendible que en el ojo del huracán hagan estos comunicados de recortes en acciones que sus grandes accionistas pueden considerar superfluas, pero es un gran momento para generar un marketing y un patrocinio de credibilidad y no solo de notoriedad. Un patrocinio que sea una verdadera alianza con el deporte, evento, o el atleta que transmita unos objetivos comunes, una historia sobre el mensaje “juntos en lo bueno y en lo malo”. Las marcas que verdaderamente sepan llevar a cabo este tipo de relaciones, seguro que saldrán reforzadas de la tormenta.