El pasillo al campeón es una muestra de valores y respeto, nunca un “escarnio”.– Publicado en Diario AS. (04/05/2022)
El valor del deporte – Gonzalo Jiménez
No podemos enseñar unos valores a los más pequeños que sus ídolos no respeten. El aficionado particular puede opinar, pero el club debe estar por encima y respetar la competición y al campeón.
En el valor del deporte, solemos centrarnos especialmente en novedades de la industria deportiva que afectan al negocio del deporte y que están de actualidad. En este sentido, solemos tratar aspectos vinculados con nuevas tecnologías, salidas a bolsa, entre otros temas. Sin embargo, además, y entendiendo «el valor del deporte» en un sentido más amplio y asociado a lo valores intrínsecos del mismo, tratamos cuestiones como el patrocinio deportivo con conciencia, el activismo de los deportistas o incluso cómo solucionar las goleadas en las categorías inferiores, entendiendo que la victoria no lo es todo y reside en los Valores.
Esta semana, tras la consecución matemática del título de liga por el Real Madrid, parece que la polémica está servida sobre si el Atlético de Madrid, realizará el tradicional pasillo de felicitación al campeón. Según parece no será así, algo que creo que da una imagen muy negativa de un gran club como es el Atlético de Madrid.
El Atlético de Madrid vive desde la llegada del Cholo Simeone la que probablemente sea una de sus mejores épocas a nivel deportivo. Han cosechado dos ligas y alcanzado dos finales de Champions League, que es lo que cualquier equipo grande de Europa marca entre sus objetivos a principio de temporada. Ha creado un estilo propio, y aunque algunos tengan el valor de criticarlo, como si hubiesen inventado este deporte, ofrece una forma diferente de entender el fútbol ciertamente eficaz.
El Atlético de Madrid, ha pasado de ser un equipo que no aspiraba a los grandes fichajes o títulos, a fichar a jugadores como Griezmann, Lemar o Joao Felix por cifras que rivalizan con los «galácticos» más ilustres. Sin embargo, la sensación que da es que los colchoneros se avergüenzan de estos grandes fichajes como si de algún modo renunciasen a su identidad, mientras que su vecino de la capital, cuando los realiza, prácticamente los celebra como si de un título se tratase.
En cualquier caso, puedo llegar a entender la intención que tiene este mensaje y por eso el comportamiento de este club me sorprende aún más, porque aferrándose a esa identidad, publicitan unos determinados valores.
Este fin de semana Giménez, al acabar su partido en San Mamés, ya avanzaba este sentimiento y declaraba «Felicitamos al Real Madrid, al campeón, pero somos muy respetuosos con nuestra afición». Curiosamente, el Atlético de Madrid, es, junto con el Osasuna, el único club de La Liga que no ha felicitado en redes sociales al Real Madrid.
En los días siguientes, desde el club se ha declarado que «algunos quieren convertir lo que nació como un gesto de reconocimiento al campeón en un peaje público que deben pagar sus rivales, impregnado además con aroma a humillación» e incluso hablan de a que el club rojiblanco no colaborará «en este intento de escarnio».
Por último, en este comunicado llama la atención cuando se afirma que «Tan importante es saber perder como lo es saber ganar. (…) Está claro que tenemos otra forma de entender la vida»
Estoy convencido de que el Atlético de Madrid, en sus categorías inferiores o cuando los jugadores del Atlético llevan a sus hijos a jugar, se enseña a los más pequeños, que al acabar el partido se acepta el resultado, se felicita al rival y se le da la mano. Es una cuestión de valores que se tratan de inculcar relacionados con la deportividad, pero con que autoridad van a poder desarrollar este aprendizaje, si cuando sus ídolos tienen que responder, se ocultan.
Sinceramente, creo que el Atlético de Madrid se ha ganado sentarse con los más grandes en los últimos años y este tipo de conductas no son propias. Cuando en 2020, Enrique Cerezo ofreció al club jugar en el metropolitano debido a las obras del Bernabéu, sin ningún complejo, pensé, así actúa un club grande. Cuando hace unos años el F.C. Barcelona le hizo el pasillo al Madrid en el Bernabéu, se rumoreó sobre la posibilidad de que saliesen al campo con la segunda equipación para que la foto no pasase a la posteridad de azulgrana. En cualquier caso, el Barça mostró saber estar en esa ocasión, y demostró que un club grande, mira al rival a la cara y piensa, nos vemos en la próxima con los papeles cambiados. Un club grande sueña con que ya solo le queda un año para levantar el título él.
No buscaré o tiraré de hemeroteca para ver si el Real Madrid (cuando no espero a que en 2011 el Barça levantara la Supercopa por ejemplo), el Barcelona u otros equipos se han equivocado en comportamientos parecidos igualmente criticables. Ahora toca ser honestos y reconocer que sí este título, lo hubiese logrado otro equipo con una menor rivalidad, seguro lo habrían hecho y felicitado como han hecho en otras ocasiones recientemente.
Como dice el comunicado, hay que saber ganar y perder, y estos comportamientos o el tan manido quitarse la medalla de plata del cuello tras una final, son gestos que desde luego no casan con quien lo ha dado todo en el campo y finalmente el rival le ha vencido justamente. Este mismo año todos aplaudimos el gesto de Iñaki Williams, cuando su hermano pequeño se quitaba la medalla y el primero tirando de veteranía le dice que se la ponga por respeto. Todos los equipos inician la temporada iguales y ciertamente cada uno lucha por diferentes objetivos. En los últimos años, el Atlético se ha sumado al escaso grupo que lucha por alzarse con el título a final de liga y no reconocer ese valor en un encuentro de esta misma competición, sea al Real Madrid o cualquier otro, es un mal síntoma y desde luego no de club grande. Error grave del Atletico de Madrid.