El presidente del Rayo Vallecano explica por qué no tiene médico el equipo femenino.– Publicado en Diario AS. (30/12/2021)

El valor del deporte – Gonzalo Jiménez

El Rayo Vallecano en el punto de mira cuando cumple con el reglamento y pone de relieve una importante realidad del fútbol en todas las categorías.

Solemos decir sobre el deporte con carácter general, que su práctica está estrechamente relacionada con la salud. Invertir en deporte genera a largo plazo un ahorro de entre tres y cinco veces la inversión en gasto sanitario. Dicho esto, no podemos obviar que a corto plazo, las diferentes prácticas deportivas pueden entrañar un riesgo para la salud, no solo en deportes denominados extremos, sino en todos, incluyendo por supuesto el fútbol.

Las cuestiones médicas de los equipos de fútbol nunca han estado alejadas de cierta polémica, en 2015, Eva Carneiro médico del Chelsea, fue señalada y «marginada» por José Mourinho tras entrar a atender a Hazard en un momento que al entrenador portugués no le pareció oportuno. Hace tan solo un año, una polémica similar salpicó el partido entre el Deportivo de La Coruña y el Fuenlabrada. El Fuenlabrada viajase sin su médico alegando que el Reglamento General de la RFEF lo establece como exigencia para poder disputarse el partido.

Actualmente, las miradas se centran en el caso del Rayo Vallecano y la ausencia de médico en las expediciones del equipo femenino. Este pasado noviembre en el partido que enfrentaba al Rayo Vallecano y el Athletic Club femenino, Camila Sáez y Naroa Uriarte chocaban y la primera, jugadora del Rayo tenía que ser atendida al sufrir un golpe en la cabeza. En este caso y al no contar con un médico en el banquillo, fue el médico del equipo visitante quien prestó esta asistencia. En el valor del deporte, ya hemos hablado en otras ocasiones del verdadero peligro que entrañan los golpes en la cabeza y la importancia de actuar rápido y que se establezcan medidas de protección.

Esta situación se volvió a repetir un mes después en el encuentro que enfrentaba al F.C. Barcelona y al Rayo, Isadora Freitas e Iris Ponciano tuvieron que ser atendidas por el médico del equipo azulgrana. Freitas además tuvo que ser sustituida en el descanso y trasladada al hospital por un traumatismo craneoencefálico. La AFE ya ha manifestado su posición y anunciado que denunciaría al Rayo Vallecano por no cumplir con un plan de riesgos laborales que el club afirma se cumple.

Esta semana Raúl Martín Presa, presidente del Rayo Vallecano era preguntado por esta cuestión en un conocido programa radiofónico y ha recibido numerosas críticas por sus respuestas que algunos medios han calificado incluso de «vergonzosas». Creo que honestamente debemos analizar esta cuestión sin hipocresías ni posturas políticamente correctas, y si bien considero que este es un problema que debe ser atajado y solucionado, el problema no reside en el Rayo Vallecano sino en la regulación y en una aproximación irreal al problema. 

En estas declaraciones, el presidente del Rayo afirmaba que en primer lugar no llevan médico porque el reglamento no lo exige, aspecto que nadie puede discutir. Donde reside la polémica es en que proseguía de la siguiente manera; «Cada uno puede llevar médico y nosotros no vamos a discriminar a unos futbolistas sobre otros o a unas futbolistas sobre otras porque ahora mismo está más de moda apoyar el futbol femenino. Nosotros tenemos que apoyar igual al benjamín, que al cadete, que al femenino y al primer equipo». «Tan importante es para nosotros la vida de una futbolista del primer equipo femenino como de un benjamín de la cantera».

Sabiendo que nos sumamos al «lado perdedor» con respecto a la mayoría de la opinión social, creo que es una reflexión válida y acertada. Estoy convencido de que «esta moda» de la que habla Martín Presa, obligará a que muy pronto cambie el reglamento y entonces todos los equipos se vean obligados, pero no existirá esa presión social para cubrir esta necesidad en equipos de categorías inferiores donde existe un riesgo similar. La realidad es que no es fácil encontrar recursos para cubrir estas necesidades y fingir que este problema no existe es afrontar el problema de una manera irreal.

El presidente del Rayo Vallecano se encuentra en el «ojo del huracán» de una manera continua y muy probablemente de forma injustificada. Es uno de los presidentes más perseguidos y pitados. Cuando un presidente de un club como es el Rayo Vallecano consigue firmar a un jugador de la talla y repercusión de Radamel Falcao y es pitado en su presentación, hay algo más que crítica deportiva, cuando un equipo como el Rayo Vallecano cierra el año en puestos de Champions y no es anunciado como la gran revelación de La Liga en este curso, hay algo más. El presidente del Rayo Vallecano está llevando lo que desde el exterior y sin ningún interés partidista se ve como una gran gestión del club, con grandes fichajes, grandes resultados y por desgracia con una limitada y no tan adecuada gestión de percepciones y comunicación tanto del propio club como de la figura directiva.

El presidente del Rayo Vallecano, mal que le pese a quien quiera y pueda desprender «buenísimo», solo ha puesto de relieve una realidad del fútbol más allá de la Primera y Segunda División, que no cuenta con los recursos necesarios. En estas declaraciones además queda claro que no está obligado por ningún reglamento y que la atención mediática reciente por el deporte femenino en su conjunto lo resalta como un problema, sin atender a otras categorías.

¿Se debe atender y desarrollar una regulación que proteja a los deportistas, principalmente cuando sufren golpes en la cabeza?, sí y pronto. ¿Es el Rayo Vallecano o su presidente quién debe estar en el foco de atención y de críticas? en mi opinión, rotundamente no.

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