La integridad por encima de la información amarillista. Eriksen y Rahm las últimas víctimas..– Publicado en Diario AS. (16/06/2021)

El valor del deporte – Gonzalo Jiménez

Que los deportistas ganen grandes cantidades no valida que se les despoje de derechos fundamentales y se traspasen líneas éticas en pro de un mal defendido derecho de información.

Dónde, cómo y cuándo comunicar determinadas cuestiones, es generalmente tan importante como el qué se comunica. Llevo un tiempo preocupado por esta cuestión en el ámbito deportivo. A nivel social, cada vez estamos teóricamente más «concienciados» con la seguridad de nuestros datos y la privacidad de nuestro ámbito personal y después se abre la veda y todo vale en pro de un teórico derecho de información.

No hablo del pequeño encontronazo que ha podido tener Zidane esta semana con la prensa o de las fotos de los paparazzi sobre las vacaciones de los futbolistas, que sí bien puede ser excesiva la presión mediatica en alguna situación, entran dentro de un orden. En donde considero debemos ponernos serios y establecer unos límites mucho más contundentes, es cuando esta información afecta a la salud de una persona, en este caso de un deportista, (ya lo comentamos en el caso de Osaka), pararnos y pensar de una manera más sensible y no utilizar determinadas imágenes para promocionar la noticia como ha ocurrido estos días con Eriksen o hace un par de semanas con Jon Rahm. (Posiblemente este artículo tendría un mayor impacto sí el titular fuera «Eriksen entre la vida y la muerte» y una imagen morbosa), pero es aquí donde un periodista o simplemente un ser humano debe poner un límite.

Este fin de semana durante el partido de Dinamarca contra Finlandia, el jugador danes Christian Eriksen, caía al suelo haciéndonos temer lo peor. Las aficiones, los colegiados y por supuesto ambas selecciones dieron un ejemplo de conducta ejemplar entendiendo que lo más importante ya no era el partido. Sin embargo la UEFA y muchos medios de comunicación no supieron estar a la altura y decidieron mostrar imágenes del jugador inconsciente y «debatiéndose entre la vida y la muerte», sin pensar por un momento que detrás de esas imágenes, entre los espectadores podría estar una madre, una esposa o un hijo verdaderamente asustados y sin información, y que esto solo podía acrecentar sus temores. Seguidamente, en todos los medios hemos podido ver las imágenes de la mujer de Eriksen desconsolada junto a su compañero de equipo Kjaer. (tampoco incluiré esta imagen).

Jurídicamente este tipo de comportamientos me ofrece muchas dudas sobre si estaría vulnerando el derecho a la intimidad del deportista y aunque tenemos diferentes sentencias de los Tribunales  tratando el interés legitimo o el interés social como soporte del derecho de información sobre el derecho a la intimidad o a la propia imagen, dado el foro de este blog, no centrare esta argumentación en tecnicismos legales. Éticamente esta mal explotar una situación de estas características a cambio de unas cuantas visualizaciones (generalmente bastante efímeras), así de simple.

Hace unas semanas encontrábamos un caso similar durante el Memorial, el torneo de golf del PGA Tour en donde Jon Rahm recibía la noticia de haber dado positivo en un test por la Covid-19 cuando apenas salía del green del hoyo 18 e iba liderando de manera solvente el torneo. El debate no es si Rahm tenia que abandonar el torneo, sino si la organización del torneo debía haber tenido una mayor sensibilidad ante una información vinculada a la salud que afecto profundamente al golfista español y la realización del torneo capto llorando (tampoco incluiremos esta imagen).

¿Realmente es necesario mostrar estas imágenes y no se puede tener un mayor decoro y responsabilidad con deportistas que están ofreciendo el espectáculo por el que los organizadores se están lucrando? El PGA Tour, notifica delante de todo el mundo a Rahm su estado en relación a una grave enfermedad que se ha llevado a millones de personas lejos de sus seres queridos, Roland Garros obliga a Osaka a abandonar el torneo al verse en el centro del huracán, cuando había manifestado a los organizadores sus estados de ansiedad y depresión al enfrentarse a los medios y finalmente UEFA y los medios que retransmitian este partido, han estado a punto de retransmitir al mundo la muerte de un jugador de futbol. ¿Dónde esta el límite?

Estamos acostumbrados a conocer algunos datos o estados médicos (datos de la máxima protección) cuando se trata de deportistas, sobre sus lesiones etc y esta aceptado socialmente. Dicho esto creo que la mayoría de lectores convendrán que la diferencia entre un esguince y un colapso que como se ha dicho, le llevo por momentos a la muerte, es significativa y debería ser sencillo establecer algún límite a este respecto.

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