Los Guardianes del deporte. – Publicado en Diario AS. (09/09/2020)

El valor del deporte – Gonzalo Jiménez

La protección de los menores debe ser una prioridad en el deporte y la tecnología puede ser la mejor aliada para los “nativos digitales”.

El deporte es un ámbito de rivalidades y polos opuestos, los que son del Barça o los que son del Madrid, los de Cristiano o los de Messi, los de L.A. Lakers y los de los Celtics y así podríamos seguir con grandes diferencias largo y tendido. En donde si que estamos todos de acuerdo, es en la necesidad de proteger a los más vulnerables, a los menores principalmente y no deja de causarnos estupor cuando alguna atrocidad aparece en las noticias a este respecto.

Hace escasos días, vi el documental (Athlete A) estrenado este verano sobre el escandalo del equipo olímpico de gimnasia de Estados Unidos, en el que Larry Nassar, tras abusar de más de 150 jóvenes gimnastas fue condenado en enero de 2018 a más de 300 años en la cárcel. Este suceso que ha sido bautizado como el mayor caso de abusos sexuales en el deporte, estuvo precedido por el escándalo que ya salpico al equipo de natación americano, en donde el entonces director técnico de la federación Everett Uchiyama y el entrenador Andrew King, abusaron sistemáticamente de decenas de niñas (con edades entre los 12 y los 17 años) a su cargo. King fue condenado en 2010 a 40 años de prisión tras ser encontrado culpable de abusos a una veintena de menores de edad.

Que salgan estos casos a la luz tiene un doble valor y utilidad, por un lado, por supuesto aportar justicia, liberar de carga e incluso de culpa a las víctimas que como la propia Simone Bieles también victima de Nassar afirmaba en ocasiones se asienta en las victimas y por otro lado ayudar a otros supervivientes a perder el miedo a denunciar. A generar ese sentimiento de no estar solo y de estar protegido. Tan solo un mes después de esta sentencia condenatoria a Nassar, la nadadora y campeona del mundo Ariana Kukors denunciaba a su entrenador por abusos cuando aún era una niña.

 

«Es hora de cambiar la forma en que hablamos de abuso sexual, la forma en que respondemos al abuso sexual y la forma en el que el sistema entiende y previene el abuso sexual», afirmaba entonces.

Curiosamente, este fin de semana leía en los medios de comunicación, un interesante artículo de Gloria Viseras, Ex gimnasta olímpica, víctima de abusos sexuales por parte de su entrenador, Jesús Carballo, cuando era menor de edady actualmente trabajando en FIFA en un proyecto pionero de protección de menores y adultos vulnerables. No creyendo en las casualidades y con la intención de aportar un granito de arena en la visibilización de esta lacra escribo estas líneas.

Este proyecto, «Safeguarding and Child Protection» busca dar una especial protección a los más vulnerables, menores y mujeres. Un sistema de alerta confidencial por el que se pueden hacer denuncias directamente al comité ético de FIFA. En este caso sin ninguna variable de genero ya que la prevalencia de abusos a deportistas, es casi 50/50 en menores como afirmaba Viseras en dicho artículo.

 

Por supuesto, FIFA cuenta con unos recursos muy superiores a las demás entidades deportivas, pero eso no debe ser excusa y es clave extremar todas las precauciones para evitar que se pueda dar cualquier supuesto de estas características. Crear un deporte seguro para los menores, no solo para prevenir estos terribles abusos, sino también otros graves problemas como el bullying que todos los años sufren miles de niños debe ser absolutamente prioritario.

El deporte puede ser un antídoto frente a estos comportamientos, pero también un foco de acoso a una muy temprana edad. En aproximadamente el 80% de los casos de acoso detectados por el ministerio, quienes lo comunicaron fueron los padres de las víctimas y solo el 3,8% de los menores agredidos se atrevieron a denunciarlo.

 

 

Vivimos en la era de la tecnología, una era en la que pronto los niños antes de saber decir «agua», lo pondrán en twitter, harán un story y obtendrán likes antes de terminar de beber. Una era en la que la tecnología con todos los peligros que acarrea para los menores, puede terminar siendo la mejor herramienta para que puedan comunicar y trasladar la situación que han vivido o visto, sin temor o vergüenza. La tecnología puede permitirles en un contexto que forma parte de su vida desde que nacieron, recibir una respuesta especializada y adecuada al contactar con sus «Guardianes».

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