Más allá de lo deportivo, el extraño sorteo de la Champions League.– Publicado en Diario AS. (31/12/2021)
El valor del deporte – Gonzalo Jiménez
El sorteo de octavos de la UCL, tiene implicaciones económicas y políticas más allá de los rivales que juegan estos encuentros de fútbol.
Este lunes durante el sorteo de la UEFA Champions League, se vivía un momento de confusión que nunca antes había pasado y a los más recelosos les hacía pensar sí tendría algo que ver con la Superliga y otras teorías conspirativas. Empezaré diciendo que no creo que este extraño sorteo responda a ninguno de estos motivos, sino más bien a un error de bulto, que no es propio de la mayor competición futbolística a nivel continental.
Se está diciendo que el principal perjudicado de este sorteo es el Real Madrid que vio como su rival cambiaba del Benfica al PSG en cuestión de unas horas, y sin desmerecer al equipo portugués, resulta evidente que el potencial y plantel de estrellas que despliega el PSG es abrumador. Sin embargo, creo que el principal perjudicado de este lunes es la propia UEFA cuya imagen queda seriamente perjudicada. En primer lugar, por el error a la hora de elegir las bolas de los diferentes bombos y posibles eliminatorias, sin tener en cuenta los rivales que no podrían tener cruce entre si, y en segundo por tomar una rápida decisión de repetir todo el sorteo sin reposarlo y sin dar muchas explicaciones al respecto.
El sorteo de la UEFA Champions League lleva tiempo siendo objetos de pequeñas sospechas y casi todos los años, algunos aficionados de equipos teóricamente perjudicados, hablan de «bolas calientes» de aquellos que han salido favorecidos, generando decenas de «memes» y bromas que circulan durante días por redes sociales y de mensajería móvil. En 2012, algunos recordarán el que para mí sea el caso más llamativo de todos los sorteos de la competición. El día anterior se hizo un simulacro del mismo con tal «casualidad» que se acertó en todos y cada uno de los cruces. Algunos hasta se atrevieron a calcular las probabilidades de que eso ocurriese dando un 0,0183 % o de forma más visual una probabilidad equivalente a tirar una moneda y conseguir que durante 12 veces seguidas saliese la misma cara (cualquier lector con tiempo puede tratar de reproducir esta situación y pasar un buen rato).
Esta semana el lio pareció apuntar a los españoles ya que cuando se sorteaba el rival del Villareal se incluyó al Manchester United que no podía ser rival del submarino amarillo y cuando este salió, se tuvo que escoger otro rival ante la incredulidad de Arshavin que iba sacando los nombres de los equipos. Algo similar ocurrió con el Atlético de Madrid que se «libraba» del Manchester United al no incluir su bola en el bombo y le tocaba bailar con el rival más duro, el Bayern de Munich. Toda esta polémica hizo que algunos clubes como el Atlético de Madrid se quejasen y la UEFA se plantease el posible nuevo sorteo.
Nos encontrábamos con 3 opciones, la primera mantener el resultado inicial del sorteo, que si bien había sufrido algún altercado aparecía con los enfrentamientos de forma correcta. La segunda repetir el sorteo pero mantener el primer encuentro entre el Benfica y el Real Madrid, puesto que hasta ese momento no existía ninguna posible adulteración del mismo. Por último, la repetición integra del sorteo por la que al final se decantaron.
El sorteo siguiente cambio notablemente el panorama, pero no solo desde el punto de vista deportivo del que todo el mundo habla. Durante unas horas, la ciudad de Lisboa recibiría al Real Madrid con el impacto mediático que eso supone, que con todo el respeto a un histórico como el Ajax, no tiene ningún otro equipo. Durante unas horas, las reservas de hoteles en diferentes ciudades o vuelos estuvieron abiertas para que los aficionados buscasen sus mejores precios en estas fechas. Durante unas horas en algunas casas de apuestas permitieron apostar sobre unas eliminatorias que nunca se disputaran. Un impacto económico que aparentemente una institución que mueve miles de millones de euros no ha tenido siquiera en consideración.
A este impacto económico se suma la coyuntura política que actualmente vive el fútbol europeo. Hace escasos meses, el presidente de la UEFA, Ceferin afirmaba «Florentino Pérez se lamenta y luego intenta fichar a Mbappé por 180 millones». El Real Madrid no suele ser un club especialmente dado a declaraciones alejadas de lo políticamente correcto, pero en esta ocasión ya se ha escuchado desde las altas esferas blancas como se considera una «adulteración flagrante».