Estos días eran noticia las famosas AlphaFly de Kipchoge, pero si queremos que el deporte siga siendo reflejo de la superación y esfuerzo del ser humano y no una carrera tecnológica y comercial, debemos prestar mucha atención al dopaje tecnológico y a los intereses que lo fomentan.

 

Esta en la naturaleza humana, el instinto de superación y el deporte es en mejor reflejo de este afán. Citius, Altius, Fortius,(Más rápido, más alto, más fuerte) es el eslogan del Comité Olímpico Internacional y los atletas han respondido a este desafío en las ultimas décadas de forma contundente. Comprendo esta necesidad de superar récords y entiendo perfectamente el atractivo para el publico de ver dichos hitos, haciéndonos sentir aunque sea fugazmente, que formamos parte de la historia al haberlo presenciado. Creo que las mejoras en las diferentes técnicas de entrenamiento o competición, la búsqueda globalizada de grandes atletas y ciertas mejoras en el entorno, favorecen a esta gran industria de entretenimiento en la que se ha convertido el deporte en el Siglo XXI, pero es importante ser critico y establecer estos limites parapreservar la integridad del deporte.

 

Hablo de mejoras en la técnica, cuando pioneros como Dick Fosbury, emplea una nueva técnica en su deporte que le permite alzarse con el oro olímpico o cuando en 1956 se incorporo la técnica del viraje en las pruebas de natación. Hablo de búsqueda globalizada de grandes atletas al referirme a la normalización de victorias como las de los Keniatas en el mundo del atletismo y que evidentemente hace un siglo no participaban en las grandes citas olímpicas y al evidente creciente interés por el deporte en una sociedad atraída por la fama y reconocimiento que estos atletas reciben. Hablo de ciertas mejoras tecnológicas al hablar de la mejora de las pistas o de algunas instalaciones. Pero también remarco la importancia de poner ciertos limites para evitar que estas grandes gestas sean efímeras y que la siguiente mejora tecnológica las deje en el olvido.

 

Estos días esta cuestión ha vuelto a los focos por el anuncio de World Athletics ha anunciado este viernes las nuevas reglas que rigen el calzado de competición, restringiendo el grosor de la suela (40 milímetros máximo) y al uso de placas rígidas (de cualquier material) y por tanto prohibiendo las polémicas AlphaFly que Kipchoge uso en su reto INEOS 1:59 en base la norma 143.2 que afirma que: “Unas zapatillas no deben estar construidas de modo que proporcionen a un atleta una ayuda o una ventaja injusta. Cualquier tipo de calzado debe estar razonablemente al alcance de todos en vista del espíritu de universalidad”. Está restricción no afectará a las Vaporfly Next% también con placa de fibra de carbono de Nike o a las Adizero Takumi Sen 5 con espuma Boost para la recuperación de energía.

 

Personalmente siempre fui muy critico con esté reto ya que en mi opinión devalúa la gesta de otros grandes maratonianos que sin todas esas ayudas (zapatillas, recorrido completamente estudiado para facilitar las condiciones así como a nivel climático, puestos de avituallamiento móviles, 41 liebres perfectamente coordinadas por turnos, coche que marcaba el ritmo de la carrera y el más polémico en mi opinión la ausencia de control de dopaje) hacen un verdadero derroche de cualidades atléticas.

 

Este no es el primer caso en el que el dopaje tecnológico genera polémica, ni será el ultimo, La natación ya vivió su polémica con los bañadores Speedo diseñados por la NASA. La FINA (Federación Internacional de Natación) acabó prohibiendo la prenda después de que en los Juegos Olímpicos de 2008, algunos nadadores compitieron con él y que entre 2008 y finales de 2009 se batieran 255 récords mundiales. El ciclismo en muchas ocasiones salpicado por casos de dopaje no ha escapado tampoco a estas polémicas con algunos casos tan flagrantes que no admiten siquiera debate como la incorporación de pequeños motores en las bicicletas pero otros más complejos como el del equipo SKY en el Tour de Francia del año 2017, en el que fue acusado de utilizar en su maillot un tejido especial llamado Vortex con el que ganaron capacidad aerodinámica. En octubre de 2018, la Unión Ciclista Internacional (UCI) prohibió su uso. Incluso el atletismo ya se tuvo que enfrentar a una situación similar a finales de los sesenta aparecieron unas zapatillas conocidas como las de piel de tiburón, con 100 clavos en la planta, pensadas para los atletas de velocidad. Los organismos internacionales consideraron que ayudaban al corredor y las prohibieron, tras batirse varios récords. A partir de entonces se reguló el número de clavos, seis como máximo en carrera y salto.

 

En esta línea, y aún sin regular, el mundo del golf lleva años viendo con preocupación como la mejora de los Driveque ya experimentaron una notable mejora cuando pasaron de ser de madera a metal y el aumento de su tamaño, pueden acabar convirtiendo en pequeños todos los campos de golf actualmente construidos.

 

Volviendo al caso de las zapatillas y su impacto ( o reducción del mismo) en el mundo de atletismo, es importante tener cierto contexto y entender que el ganador del maratón de 1904 corrió en 3h28 minutos, Kipchoge podría haber corrido 30km más en ese tiempo. El impacto de estas zapatillas es innegable cuando comprobamos que 7 de las 10 mejores marcas de la historia están bajo su pisada y que en 2019, 13 de 18 primeros puestos en los seis ‘major’ del maratón (Londres, Nueva York, Chicago, Boston, Tokio y Berlín) fueron con el calzado de Nike y esta nueva tecnología que ayuda en el retorno de energía al atleta. Además respecto a este tipo de calzado no son pocas las voces que se alzan criticas indicando que no es un calzado para el público en general ya que nuestras articulaciones no están preparadas para esa rigidez y no teniendo la preparación física de estos atletas profesionales pueden acabar provocando grandes problemas de salud.

 

La tecnología es una herramienta que puede acabar por adulterar la propia esencia del deporte al permitir superar límites físicos de forma artificial. Tras está decisión, el presidente de World Athletics, Sebastian Coe, ha explicado: “No es nuestro trabajo regular el mercado del calzado, pero sí preservar la integridad de la competición de elite garantizando que las zapatillas usadas en competición no ofrecen ninguna ventaja ilegal”.

La evolución tecnológica siempre ayudará al ser humano a alcanzar sus metas y el deporte no debe ser ajeno a ello, pero es necesario establecer unos limites claros y tener organizaciones que puedan dar respuestas rápidas a estos nuevos fenómenos, permitir una evolución paulatina y poder así preservar la Integridad del Deporte y sus valores.

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