A propósito de la polémica Colin Kaepernick y Nike.

Alerta de spoiler: no nos sumamos a la guerra contra la casa blanca.

Esta es una polémica y un debate con un marcado componente político, más allá de la estrategia de Marketing en si misma. Aún así, Nike puede tener que acabar completando su famoso eslogan “Just Do It” ( Tan solo hazlo) por un “But first think about it” (pero primero piénsalo). Esta campaña de publicidad es una autentica debacle desde el punto de vista comunicativo que se ve enmascarada por la fiebre Anti-Trump con la que todo vale.

Soy un defensor de la idea de que las marcas pueden y deben en ocasiones tomar partido en reivindicaciones sociales incluso hacer acciones de responsabilidad social que refuercen estos mensajes aportando un componente humano cercano y emocionando a los consumidores, pero siempre con el objetivo de crear una identidad de marca que mejore su percepción pública.

El problema es que Nike no ha hecho esto ni mucho menos, se ha posicionado en una polémica que tiene profundamente dividida a la sociedad estadounidense en la que además, si bien no entrare en el fondo de la misma puesto que el análisis político no es el objeto de este articulo, aparentemente se ha posicionado en el apartado más comprometido. En un país como Estados Unidos, con un arraigado sentimiento patriótico y en un sector como el deportivo, representando dicho sentimiento de una forma clara por el himno y la bandera, que una marca con origen estadounidense se posicione en el lado más disruptivo es cuanto menos cuestionable.

La publicidad y comunicación corporativa son en cierta medida como las reuniones sociales con desconocidos, no conviene entrar en polémicas sobre política, sexo o religión y si se hace tiene que estudiarse muy detenidamente. En este caso da la sensación de que el departamento de marketing de Nike ha testeado esta campaña únicamente con personas afines a este mensaje olvidándose de calcular la reacción de quienes no comulgaban con el mismo.

Ahora en Europa y probablemente en los sectores más liberales de Estados Unidos encontraremos medios alabando la valentía de Nike. Ya he leído a numerosos expertos a los que respeto profundamente por su trayectoria, elogiando esta lucha contra el “establishment” y como esta campaña pone el foco en problemas sociales. El problema es que esta compañía es una empresa que se debe a sus consumidores y principalmente a sus accionistas, que han visto como en cuestión de horas como el valor de sus acciones perdían un valor de hasta el 3% y la imagen de la marca se veía resentida por numerosas personas quemando sus artículos de Nike.

Vivimos en una sociedad de consumo que se centra en las percepciones y la gestión de las mismas, y la actual estrategia de Nike aparentemente diseñada por algún Think tank demócrata creo que es realmente perjudicial para la marca a corto, medio y largo plazo.

Las empresas no deben ser entes fríos y apartados de la sociedad, pero desde luego no pueden permitirse el lujo de segmentar y enfrentarse a una grandísima parte de sus consumidores pareciéndose más a un partido político que a una empresa con intereses económicos.

Como decía anteriormente, aparentemente esta fiebre Anti-Trump, parece haber nublado la objetividad de muchos que olvidan que por muy polémicas que sean sus ideas, millones de personas se ven representadas por ellas y tomar alegremente la decisión de ofenderlas sale muy caro.

 

Habilidades

Publicado el

septiembre 6, 2018

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